viernes, 21 de diciembre de 2012

Every hour has come to this.


Extraño es cuando la ves dormir al lado tuyo y  te das cuenta de que caes en picado cuando la miras y sus labios se abren lentamente, captando el poco aire que hay entre tu boca y la suya. Eso sí que es extraño. Lo sé porque cuando me abraza todo se vuelve…¿cómo decirlo? Digamos que pondría la mano en el fuego y no me quemo si digo que esos ojos y esa sonrisita con esos dientes casi perfectos me salvaron y me empujaron a seguir adelante.

Me acojona que mi corazón sienta los chispazos que hacía tanto tiempo que no sentía porque me conozco esa sensación de perderte en mitad de un laberinto oscuro sin ningún tipo de luz y que ella aparezca sin avisar y te cambie el rumbo. Sin embargo la tienes en tu misma cama y tus brazos la rodean. No sé qué es esto, no sé si me estoy enamorando y tampoco sé lo que siente ella. 

Que su pelo rojo y largo baja hasta su cuello olor a fantasía y todo, absolutamente todos mis parentesis se resumen a una suma sencilla. Ella.
De repente se levanta y te prepara el desayuno. Y la ves desnuda en tu cocina y te dan ganas de abrazarla por detrás y no soltarla nunca. Eso de que sus ojos verdes se iluminan cuando gira la cabeza y ves al sol iluminarla haciendo de ella una estrella única en todo el firmamento.
Que los domingos por la mañana se vuelven días esperados después de todo ese remolino que te ha causado una persona que sabes a ciencia cierta que jamás te la podrás borrar de ningún lado. Pero que ahí está, y sé que nada me va a pasar mientras siga siendo su voz mi punto de apoyo y sus manos mi locura entre las mías.

Mamá, tinc por.

 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Que cierren para siempre la calle del olvido. Que te metan en ella para nunca verte.



Mírame, que fuerte soy.
Que me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabártelas. Si odias los domingos o si vas hablando mal por ahí de mí. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo.
No me han quedado cicatrices, ni refugios, ni paisajes. Ni canciones que recordar. He vuelto a nacer y he vuelto atrás.
Ahora soy invencible, imperfecta, sincera y rápida. Vuelvo a las andadas, qué maravilla, ¡hostias! Quién me lo diría.

Que no te vaya bonito, amor. Que te vaya de muerte.

viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Por qué no nos dijimos nada antes?


¿Te cuento un secreto? Nos recuerdo en papel.
Es extraño, porque el papel se rompe, y a veces, cuando envejece, incluso nosotros mismos decidimos tirarlo. ¿Lo entiendes? Pues así te recuerdo.
Como un día caluroso, rodeada de gente, mirando a la derecha, mirando a la izquierda… y sentirte sola porque no estás tú.
Fuimos una mano contra la otra y el mundo desapareció en segundos. Tanto desapareció que yo empecé a hacerlo con él y tú te quedaste todo de mí.
Nos recuerdo a cien kilómetros por hora, tres horas y media de distancia y dos puentes rojos. Rojos igual que lo que sentíamos ese día tú y yo.  Calles viejas y palabras tontas.
Miro en el espejo y me veo en una ventanilla, con el aire golpeando mi cara fuertemente, sin dejarme respirar. Recuerdo esa autopista y los carteles señalando lo poco que quedaba para llegar. Incluso recuerdo el color de la camiseta de esa señora tan antipática que me cobró doce euros con veintisiete céntimos por entrar a mi paraíso. Allí a lo que tanto había soñado. Como si en calles con pequeñas piedras rojizas, bancos viejos y deshechos y matorrales verdes me estuvieras esperando tú. 
Vuelvo a mirar y te veo a ti, con tu pelo tan perfecto como siempre, de rodillas en ese portal. Intentando tapar tu cara con esas manos tuyas decoradas con uñas de colores llamativos. También me veo a mi, sentada en el suelo sin decir ni una palabra, tan solo observándote.
Tanto quiero recordar que ya casi no recuerdo nada. Casi que mis recuerdos se van, como si mi mente quisiera que tú te vayas con ellos. Qué tontería, como si eso fuera una última solución.
Y ahora, ¿qué? ¿Qué se supone que me queda? ¿Qué es lo que me queda si te digo que la vida es un continuo precipicio y yo soy un constante ‘puedo pero no quiero’ desde que te fuiste? Te llevaste todas mis fuerzas, te lo juro.
Si al final va a acabar siendo verdad  eso de que sí que nos dejé ir y eso de que 'sin ti, nada'...

miércoles, 17 de octubre de 2012

No importa, amor, ya está.


-¿La quisiste? 

+Estuve con ella, ¡claro que la quise! 
-¿Y después de que todo acabo, la seguiste queriendo? 
+Aunque a veces me cueste aceptarlo si, la sigo queriendo…
-¿Y porque no luchaste, por qué no hiciste algo para volver con ella? 
+¿De qué me hubiera servido? Si yo sabia que a pesar de quererla lo nuestro ya no podia ser, si a veces intentamos e intentamos aun sabiendo de que era inútil y llegamos a ese punto en el que nos damos cuenta de que ya fue suficiente.
Esta de más decir que la amé, que lo que viví con ella fue hermoso, y que como se lo prometí más de una vez ''no la voy a olvidar nunca". Y quizás ella hoy me odie, quizás todos sus amigos y amigas me odien porque piensan que fui un tonto que nunca la quiso y todas esas estupideces que dicen las personas, pero nadie sabe lo mal que yo la pase por ella, nadie tiene una idea de las sonrisas que me sacaba con el simple hecho de hablarme al chat. Y sí, puede ser que me haya equivocado, que algunas cosas las haya hecho mal, pero la quería, de verdad la quería y eso se lo puedo discutir a quien sea. Por un tiempo intenté fingir que no me importaba, que ella era libre de hacer su vida y yo la mía.  Por un tiempo creí haber superado todo lo vivido, hasta que la vi  la vi riendo con sus amigas, la vi feliz, y entendí que por mas de que pase el tiempo nunca dejaré de quererla, nunca podré olvidarla completamente y hoy que ya pasó un tiempo, que ya crecí bastante puedo decirte que la amé, que fui el hombre mas estúpido del mundo por haberla perdido, que quizás la tenia que haber remado un poco mas, pero las cosas fueron así, hay relaciones que no tienen salvación, y el querernos tanto nos hizo demasiado mal, por eso la deje ir.
-¿Crees que ella ahora este con alguien que realmente lo merezca?
+No sé si la persona con la cual esta la merece, ¿quien soy yo para decirte eso? La hice sufrir tantas veces que seria un idiota si opinara con respecto a su relación, pero a la persona con la cual hoy esta solo le pido que la cuide, que la ame, que la respete, que no la haga sufrir, que le saque tres sonrisas por cada lagrima que yo le saqué, y si ese hombre es capaz de hacer eso, si esa persona puede hacerla feliz y amarla la mitad de lo que la ame yo.. tiene todo mi respeto y de corazón y con lagrimas en los ojos puedo desearles lo mejor .

viernes, 7 de septiembre de 2012

Son tiempos de seguir adelante, de decirte lo que nunca jamás pudiste deducir, de dejarte y emprender nuevos caminos a falta de uno solo.  Tiempos de frío, de ganas de estar en la cama y gritar un gran ‘ojalá estés aquí conmigo’ sin que tú puedas escucharlo.
Son tiempos de empezar a olvidar, de dejar de recordar y de volver a sentir, o al menos a aprender a hacerlo.
He estado tropezando con una puta misma piedra millones de veces y te aseguro que me levanté mil y una. Por eso son tiempos de dejar que todo siga su curso, dejar que te vayas por el mismo camino de donde viniste y empezar a volar bien, bien, bien lejos.
Gracias por dejarme caer y sobre todo, gracias por darme la fuerzas que necesitaba para levantarme. Gracias por enseñarme que las cosas se conseguían poco a poco. Gracias por dejarme tener un trocito de tu corazón y gracias por haberme dejado conseguirte de esa manera que tú y yo sabemos.
Gracias por existir.

sábado, 4 de agosto de 2012

Supongo que hasta que no sabes cómo se siente no puedes decir nada. Y eso es lo que me explicaron una vez.
Lo tenía que hacer, como sea, aún rompiéndome durante un mes horas y horas aún desconociendo qué se me iba a interponer por el camino.
Luchar no era fácil, pero digamos que ella lo hizo más cómodo, más a gusto, ¿sabes? Me enseñó que no importara lo mucho o lo poco que cueste, lo que importaba era llegar allí y hacerlo. Hacerlo como si hubieras estado años preparándote para eso.
Todavía con lágrimas en los ojos puedo recordar cada jodido detalle que me decía, de esas bromas, de esos madrugones en un mes de verano que acabarían mereciendo la pena un  28 de Julio. Y aún quedaba más.
Salir de allí corriendo y desquebrajarte como una niña pequeña no era nada satisfactorio, dolía, dolía como lo que más. La impotencia ganaba importancia y cada vez que no salía volvíamos a lo mismo.
Y, ¿qué iba a hacer? No sé qué hubiera sido sin ella, no lo sé. Quizás ahora no estaría escribiendo esto.
¿Cómo decías tú? ‘Saldrás allí y lo pondrás todo, demostrarás lo mucho que te ha costado llegar hasta aquí y lo mucho que vale la pena, Delfi.’
Porque esto era como una fuente de agua, ¿recuerdas? Si pones la mano con los dedos abiertos entre sí, el agua se te escapa. Pero… si los cierras, podrías conseguir mantenerla.
No hay nada que decir, supongo que lo último que queda de aclarar es que sin ti nada de ésto hubiera sido posible.
Y así, sin más. Gracias.




lunes, 23 de julio de 2012

Me parece que al final me ha robado de verdad.

Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde, escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca. Que como tu me enseñaste, en cuando acabe de escribirla la quemaré, mi sentimientos se pondrán a arder, y así el dolor, cómo era... cómo decías tú…
Ah ya, así el dolor no se te queda tan dentro.
Esta vez solo quiero ser clara, sería una imbécil si no gritara que me he equivocado contigo. Que la he cagado pero bien, desde el principio. He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo impedían, agarrada al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar.
Pf, qué locura.
Empeñada en quedarme ahí. En medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar.
¿Dónde está el secreto del futuro? Puede que esté en fijarse bien, en avanzar, mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro.
¡Claro..! Hay cosas que pasaron antes, mucho antes. No quiero esperar milagros, solo que las cosas pasen.
Sí, no, sí, no, sí, no… y ahora lo tendría claro. Pero ahora ya no depende de mí, si no de ti.
Te quiero.


lunes, 4 de junio de 2012

Pero ha pasado tanto tiempo desde aquello que pienso en qué momento comenzó todo, en qué momento caí en esa trampa que podría decir que hoy en día me tiene aún a su red. Pensar en qué podría haber pasado  si ahora estuviera sin ti, pensar en si te hubiera olvidado justo como pensé que haría cuando nos alejamos.
Y la verdad es que volvería tantas veces a esos meses que ni siquiera dejaría pasar ni un segundo. Pero una de las cosas que he aprendido de todo esto es que por más de que quiera volver 17 meses atrás las cosas que han pasado ya no volverán a suceder, y que si un día te tuve tendría que haber sabido que poco después ya no lo iba a hacer. O pensar que una de las cosas que tiene el tiempo es que lo vivido vivido está, y que a partir de aquí lo que tenga que pasar pasará.
No sé con certeza qué nos pasará dentro de días, meses, incluso años. Ni siquiera sé qué será de todo ésto mañana. Lo único que sé por ahora es lo que quiero, y lo que tendrías que saber tú es que no me rindo tan fácilmente. Y que si tengo que hacer algo para que te quedes aquí conmigo haré hasta lo imposible.
Que si estás mal ahí estaré yo, mirándote desde arriba y cuidándote. Abrazándote cuando más lo necesites y besándote hasta hacer que cada célula de tu cuerpo se calme. Y que cada vez que me quieras encontrar tú solo toca tu pecho, siente como late tu corazón. ¿Oyes mis pasos? Estoy ahí, y no permitiré que te pase nada.
No nos dejaré ir, no esta vez. Te lo prometo.